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Hace unos meses volvimos a hacer fotografía macro, ya saben: mis bichitos, mi universo macro. Si se extrañaba y si hacía falta esa sensación tan bonita al hacer estás fotografías. Esa mezcla de emoción, de despertar todos los sentidos, de tener mucha paciencia y hasta la desesperación de no encontrar nada.
Pero el tiempo invertido siempre trae recompensas, aunque sea un par de fotos. Se trata de la búsqueda constante, de dejar despertar todos los sentidos y buscar hasta en los lugares más insospechados del lugar donde estemos. Pero tienes que abrir bien los ojos, a veces son tan pequeños y se pierden con el ambiente que se te pueden escapar.
Literalmente se trata de colarse en la intimidad de sus espacios. Respetando su entorno, no llegamos a destruir, digamos que nos metemos hasta la cocina sin pedirles permiso. Un pequeños instante para robarnos un momento de su vida, tal vez ellas no lo noten, quizá no les importe. Pero es robarnos un instante para la posteridad.
Disfruto mucho el hacer mis bichitos. Aunque muchas veces no encuentro nada, cuando se dejan captar, siempre me regalan una gran imagen para compartir.
Gracias por leer, mirar y compartir. Nos vemos la próxima.
