Hay una gran diferencia entre transformar y optimizar; entre corregir a mejorar. Fotográficamente toda la magia y la creatividad nacen en el momento del disparo y echamos mano de las herramientas de revelado que nos ofrecen la era digital para darles el toque final a nuestras fotografías. Es muy importante el trabajo de cámara y la parte de iluminación para la labor del fotógrafo, lo ideal es partir de una fotografía bien expuesta y con los estrictos requerimientos técnicos y estéticos que la fotografía se merece, para sacarle el máximo provecho a Photoshop y exprimir los grandes alcances de esta potente herramienta, así como de un archivo raw.
Imparto un curso de Photoshop para fotógrafos, donde conocemos las diferentes opciones que ofrece esta herramienta de Adobe para enriquecer nuestras fotografías. Dentro de los cursos tomo una fotografía con fallas técnicas, imágenes que simplemente no deben formar parte de mi selección y ni siquiera ocupar espacio dentro de mi disco duro y me las llevo a Photoshop. Únicamente con la finalidad de mostrar los grandes alcances que tiene esta herramienta de la mano de un archivo original de cámara. No pretendo distorsionar ni el trabajo de cámara, ni el verdadero uso de la herramienta, lo que rige mis clases es muy concreto Fotografías bien realizadas desde la cámara y la utilización de Photoshop para optimizar la imagen, nunca para corregir errores.
Esta es la fotografía ya con el trabajo en Photoshop, la precisión y control que tengo dentro de la aplicación es insuperable que incluso los sistemas de revelado no me lo permiten, trabajar directamente a nivel pixel y el control que tengo sobre cada una de las zonas de la fotografía, y un sin fin de posibilidades y combinaciones para trabajar el color, contrastes, luces, sobras y nitidez.
Aquí la fotografía original, los problemas son notorios y la mayoría se pudo corregir desde la toma, sobre todo el problema de haber superado la velocidad de sincronización, algo del balance de blancos, y los brillos excesivos de la frente y de la nariz, aunque estos últimos pertenecen a la persona encargada del maquillaje. Una buena fotografía no requiere de una manipulación exhaustiva, con un ajuste básico y no más de 3 min tenemos una gran imagen fotográficamente hablando, siempre y cuando se haya trabajo desde la cámara. Pero bueno, el ejercicio también nos da una referencia del tiempo que nos llevaría corregir una imagen, en mayor o menor medida dependiendo de como venga nuestra fotografía. Si mi intensión es terminar la fotografía en Photoshop tengo que tomar las decisiones adecuadas en la parte de revelado y preparar mi archivo para lo que deseo dentro del programa.
¿Hasta donde puedo llevar la imagen?, es una pregunta recurrente dentro de los cursos. Los alcances son demasiados, creo que dentro de la fotomanipulación puedo reinventarme realidades e inventarme otras historias. En lo personal prefiero quedarme con la imagen natural sin grandes distorsiones, sobre todo el retrato, me gusta que la gente se siga reconociendo en la fotografía. Pero recordemos que esta imagen es parte de un ejercicio dentro del curso.
Lo importante a resaltar: son áreas que se complementan y dos formaciones distintas, ambas con su grado de complejidad que requieren de una capacitación constante y mucha práctica. Formarte, prepararte, capacitarte, sensibilizarte son tareas difíciles y obligadas para quien busca el camino hacia la profesionalización en distintas áreas. Es muy importante el uso adecuado de las herramientas, analizarlas y entenderlas. Photoshop es una herramienta increíble, con unos alcances maravillosos, que te permiten llevar tus imágenes a niveles fuera de la realidad; fotográficamente hablando creo que es mejor aprender a fotografiar correctamente antes de aprender a retocar.