Amé cada paso que di dentro de la fotografía

Un saludo mi gente, gracias por acompañarme a otra entrada en el blog.

Llevo un par de días sumergido entre discos duros y archivos viejos, estoy haciendo un respaldo general de todas mis fotografías, esto con la finalidad de no perder nada de lo que tiene que ver con mi historia dentro de la fotografía y de lo que he logrado crear en los últimos años y poder tener: copias de seguridad, versiones finales, borrar fotografías o archivos que por su naturaleza no tiene caso conservar, etc.

En ese acto responsable que debe de realizar cada fotógrafo de manera periódica para resguardar su legado, encontré un sin fin de emociones, sensaciones y recuerdos. Me di una buena sumergida al pasado, porque empecé a revisar todo, todo lo que tengo en discos duros, de manera consciente y ya en forma, tengo los últimos 12 años de fotografías en discos duros, por lo menos 12 años de sesiones, coberturas y cursos. Y realmente me sorprendieron todas las cosas que he hecho en este tiempo, cosas que ni siquiera me acordaba que había realizado, y me dio gusto recordar esas fotografías. Y una de las cosas más impresionantes es encontrar fotografías de hace una década que las vi y me dije: ¡Por Dios, qué cosa tan horrible hice!

Estamos hablando de que hace 10 años, a la mitad de mi carrera, todavía generaba cosas horribles pero fundamentales en mi crecimiento. Y no es que hoy día no genere malas fotos, la diferencia es que tengo 10 años más de experiencia, de prácticas, de miles de fotos que han agudizado mis sentidos. Y sentí bien bonito al ver mis fotos feas, en el mejor sentido de la palabra, porque me ayudaron a sentar las bases del fotógrafo que soy hoy, y abren un camino de posibilidades para el fotógrafo que busco ser en 10 años.

Y eso fue lo increíble de esas fotografías, ver un antes y un después, tengo fotografías de la universidad, que fueron mis inicios en la fotografía, y hay una evolución. Eso es parte importante del crecimiento tanto profesional y de vida, nos vamos llenando de emociones, de experiencias, de nuevas visiones, la forma en que hacemos fotografías y la forma en que observamos el mundo no es la misma de hace 5 años, para nada soy el mismo de hace 2 años y eso se ve reflejado en mi trabajo. Hay que dejar que la vida nos moldeé, nos mueva, nos arme y desarme, y al final encontrar un poco de nuestra esencia y seguir construyendo y creciendo. Ya lo he dicho antes la fotografía está ligada a nuestra experiencia de vida y de ahí la importancia de este punto.

La paciencia y la constancia son claves importantes en este proceso. Antes no había prisas por auto nombrarte o que la gente te llamara fotógrafo o profesional de la fotografía, no había prisa ni la urgencia de mostrar todo de manera inmediata, no había prisa por cobrar o vivir de la fotografía, no comenzabas en la fotografía por convertirla en negocio, ni por likes, ni fama, ni nada de eso . Se trataba de amor puro hacía la fotografía y disfrutabas cada uno de los procesos que implica la misma, todo era más práctica y experimentación, todo lo hacíamos con más calma y a conciencia. Ver todas estas fotografías me ayudaron a recordar todo mi proceso dentro de la fotografía y dentro de mi carrera, recordé mis inicios, lo difícil que fue comprar mi primer cámara digital y cuando la tuve quemé cada uno de sus pixeles con mi emoción por el mundo y me permitió construir un camino dentro de la fotografía. Y aquí me tienen, 2 décadas de picar piedra y no desistir.

Pero no todo fue malo en cuanto a fotografías se refiere. Encontré fotografías tan geniales y tan bonitas que han aguantado el paso del tiempo, que no se ven viejas, que se ven naturales y están llenas de cierta potencia. Y eso se siente bonito, porque muchas van dando pinceladas a lo que muchos llaman un estilo fotográfico, hay fotos que van dando indicios de la forma en que realizo mis proyecto, ese algo que dice: «ah, esa foto es de Memo».

Y me gusta eso, hacer fotografías como las siento o me nacen, como las imagino. También viví ese periodo en que quería que mis fotos se parecieran a las de otros fotógrafos, también quería replicar lo que hacían otros, simularlo para sentirme un mejor fotógrafo. Pero un día solté esa falsa idea de que para ser bueno tengo que parecerme a alguien más, lo dejé y empecé a apostar por el conocimiento y la creatividad, a generar mis propias ideas y propuestas, por eso nunca planeo las sesiones. Y este camino casi libre, porque no está hecho al azar, está fundamentado con el conocimiento y la teoría, pero lo tenemos que dotar de práctica. Y sin dudarlo cometí muchos errores, pero aprendí de ellos, y esto es un camino más largo porque hacer sólido ese conocimiento y práctica para convertirlo en experiencia lleva su tiempo.

Y es este tiempo el que me ha permitido amar, disfrutar y profundizar en cada uno de los procesos que he vivido. Recordé todas las veces que aventé mi cámara y odie la fotografía porque no me consideraba bueno y no encontraba un camino. Pero resulta que esas veces de caer y levantarte, de crear y equivocarte, de soltarte y acertar, de seguir insistiendo aunque no veas resultados inmediatos son lo que formaron mi camino fotográfico, 2 décadas de no soltar la cámara, de insistir, de aferrarse y de enamorarse cada día de mi visión es lo que me ha formado. No hago fotografías por profesión, sino por pasión eso me permite hacer lo que siento en ese momento. Vi muchas cosas en mis discos duros que hice por gusto, por curiosidad, por experimentar, no todo lo que está ahí son proyectos pagados; pero mis fotografías personales son las que me han abierto más puertas.

Pero bueno, sentí muchas cosas al ver mis fotografías  y si me di la oportunidad de probar varios tipos de fotografía, por supuesto las que más profundicé fue en las que más me llenaron, no está mal hacer varios tipos de fotografía pero tuve que aprender a hacerlas para dominarlas.

Los invito a amar cada paso que hagan dentro de la fotografía y en sus historias de vida; sean pacientes, pero constantes. Gracias por leerme y compartir, nos vemos en otra entrada.