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Hoy les comparto mi serie favorita del 2021. Primero por el resultado que rompe visualmente sobre lo que he realizado en los últimos años. Son esos pequeños chispazos que te sacan de tu zona de confort y esos huecos de creatividad que rellenamos con una serie que tiene un aire de libertad y frescura. Segundo, porque la serie es casi mía en su totalidad, no me puedo dar 100% crédito de la sesión cuando cuento con una gran modelo que dota de fortaleza la serie y además se sumo una gran maquillista que le imprime su toque de glamour a la serie. Blanca Rojas como modelo y Paola Valencia en el maquillaje logramos una mancuerna creativa increíble. El tercer punto es que el principio de la sesión, la idea base para desarrollarla es muy simple: una tela roja y el poderoso manejo de luz, que fuimos aderezando con una dominante monocromática desde el apellido de la modelo, hasta cada detalle que compone la imagen. Y sobre todo es una serie que hice para mi, por el simple gusto de crear y darle forma mis ideas.
Recuerden que una parte de la fotografía es contar historias, pero una parte mucho más importante de la fotografía son las historias que nos ligan a esas fotografías, ahí radica el poder de la fotografía. Que Blanca haya sido la modelo de esta serie es muy significativo. Yo la conocí hace casi 5 años, en un momento difícil y crucial en mi vida. Estaba empezando de ceros en todos los aspectos: Empecé una nueva vida solo, en ese momento vivía en diferentes sitios porque en la transición me quede sin hogar, una situación económica muy, muy apretada.Todos los aspectos de mi vida estaban comprometidos. ¿Saben lo difícil que es hacer fotografías cuando tienes el alma rota?.
En plena tormenta, Blanca fue la primer sesión que hice en ese momento de transición. La cámara era pesada, las ideas difíciles de dirigir, en cada click se me querían salir las lágrimas y no tenía ganas de hacer fotografías, sentía que no podía. A pesar de todo logramos una serie interesante ese día, encontré un faro de luz y paz en la mirada de Blanca. Y que no se mal entienda el comentario, era una sesión de body paint, todo su cuerpo y sus rasgos estaban en un diseño dedicado a la muerte, por eso lo único que recuerdo con claridad es la mirada verde y penetrante de ella, la tengo tan presente, vean aquí la serie.
Después ella me dio una muestra de su grandeza y generosidad. Poco tiempo después, con algo de trabajo, comencé a rentar un departamento, una parte de lo acondicione para hacer sesiones. Todavía era un mar de dudas y la cabeza seguía confundido, pero quería salir del atorón creativo y renovar mis ganas de hacer fotografías a pesar de todo. Le escribí a Blanca y le pregunté si quisiera hacer fotografías conmigo, pero que desgraciadamente no tenía dinero para pagarle, yo no sé cómo me vió que dijo, órale pues.
Y desarrollamos y le dimos vida a una de las series más bonitas y significativas que he hecho. Por el contexto, por la buena fe de Blanca, por la gente que sumó para la sesión, por ser la primer sesión de mi nuevo depa y porque de repente me vi solo y sin nada más que una cámara y una mirada que tenía ganas de crear, pero me faltaba esa chispa que enciende mis fotografías. De ahí nació mi cariño y admiración por ella, porque me devolvió un poco de mi inspiración y así logramos Pecado Original, fue el nombre que le dimos a esa serie.
Somos fragmentos de historias, crisis, risas, glorias y penas. Pero a pesar de todo seguimos avanzando y sigo con una cámara en los ojos y conectada al alma, aunque a veces pierda el rumbo. Pero agradezco a la gente que he encontrado en mi camino y me da ese empujón para seguir construyendo mi sueño de ser fotógrafo.
Les dejo la serie Ave Fenix, sumamos talentos y construimos ideas, para darle forma a las fotos que están viendo. Espero sea de su agrado.
Gracias por mirar, comentar y compartir.