Sin duda la diversificación de la fotografía nos ha traído grandes bondades, ya que ha permitido que más gente se llene de este arte maravilloso, pero sin duda también ha venido acompañada de grandes perversiones y extraños vicios para quienes están generando imágenes. Es increíble como el campo laboral se va desdibujando y aferrandose a una lógica de mediocridad y baja calidad. En lo personal, lo más crítico que veo con esta diversidad es el poco valor que se la da a la fotografía, tomando en cuenta el creciente surgimiento de generadores de imágenes, pero de pocos fotógrafos.
Colaboré hace unos días con una productora para realizar unas fotos grupales a los directivos de una importante institución financiera. La productora buscando la manera de mantener la confianza con la institución y ofrecerle más servicios de cobertura de imagen, entre ellos se sumó la parte de fotografía y comenzó a contratar gente para esta actividad. Me tocó realizar algunas sesiones y el cliente estaba contento con los resultados entregados, la productora no tanto por considerar los costos eran muy elevados. Por alguna razón la gente considera muy cara la labor del fotógrafo por creer que es algo muy sencillo, ya saben: «nada mas es apretar un botón». Bajo este principio la productora decidió contratar a alguien más: «Es que con él, nos sale más barato». La lógica de muchas empresas se ha tornado hacia máximas ganancias acompañado de la poca inversión, buscar gente de maquila que ofrezca sus servicios y que trabaje a granel, el famoso «paqueteo», mucho trabajo, poca paga, pero ya en volumen es un sueldazo seguro. Algo he aprendido con los años: nunca competir con precios, siempre apostando por la calidad y la confianza en mi trabajo.
Esto no me desanima, me preocuparía que el motivo de mi desplazamiento fuera la mala calidad de mi trabajo o la falta de compromiso. Lo deje pasar, a los pocos días recibo una llamada urgente de la productora solicitando mi apoyo. La urgencia que tenia la productora era intentar rescatar el trabajo realizado por mi colega. Las fotos que acompañan esta entrada son fragmentos de las imágenes logradas por el nuevo fotógrafo. La productora desesperada intentaba rescatar su reputación, era muy difícil juntar a los directivos y con que cara le decías a la institución que no habías logrado tu cometido.
Las lecciones que me deja está experiencia:
- Increíble que la gente decida trabajar de manera honesta y derecha, pero es mas honesto y derecho reconocer que no tenemos la preparación necesaria para hacer ciertos trabajos. Es mejor decir que no, a cerrarte puertas a futuro
- No es el equipo que utilices, ni la experiencia que tengas y ni siquiera si cobras mucho o poco; es el compromiso que tomas ante la realización de un proyecto.
- Apuesten siempre por la calidad, dejen de lado la mediocridad visual y resultados pobres. No prostituyan a la fotografía y dejen de engañar a los clientes.
- Photoshop no es una salida, ni una alternativa para rescatar o cubrir tus errores, es una herramienta muy potente que va a llevar tus imágenes a niveles inimaginables, siempre es mejor partir de una buena fotografía.
- Hay que invertir en equipo, en preparación, en practicar, en crecer, en mejorar… en llegar a ser profesionales pues.
- No es que la fotografía sea cara, lo que es caro son las cosas mal hechas.
- Lo caro no siempre esta ligado a lo económico. El perder un cliente, hacerte de una mala fama, el cerrarte puertas, en no entregar calidad es más caro que uno cuantos pesos.
- Especializarse, eso estamos perdiendo, la posibilidad de ser excelentes en algo, olvídense de buscar y ser todólogos.
- Sean felices, amen y disfruten todo lo que realicen.