Conectar para crear

Hacer fotografías técnicamente correctas es la parte más sencilla de lograr. Pero hacer fotografías que transmitan, que emocionen, que muevan tus sentidos y te lleguen, es un plano totalmente diferente. La técnica y el sentimiento, la emoción deben ser parte de un todo, no solo para el creador, también para quien está frente a la cámara.  

El boudoir es difícil y delicado, no es únicamente usar lencería y ya. La mujer debe de sentirse cómoda, segura, libre y bella. Recuerden la clave importante del boudoir, las fotos son para ella, desde la mirada de la modelo y desde su concepción de belleza, incluso de lo que para ella es sensualidad. No es una sesión para el fotógrafo, nosotros proponemos algunos elementos estéticos que acompañan la sesión: luz, encuadres, colores, ideas, elementos. Somos quienes acompañan a la modelo.

Un día me tocó hacerle su sesión de boudoir a Pau, y a esta historia se sumaron otros elementos importantes a los que nos podemos enfrentar. Primero yo no la conocía, no tuvimos oportunidad de platicar o planear algo previamente, esto es importante en una sesión de este tipo. Primero por la planeación y la generación de ideas, sino por empezar a romper el hielo. 

Además ella tenía una experiencia previa de otra sesión que se había realizado con algún colega, donde no alcanzó a sentirse a gusto con los resultados, pero seguía teniendo esas espinita de hacerse una sesión donde ella se gustará y se inspirara, esto es un factor condicionante porque ella va hasta cierto punto con dudas. Y algo muy importante, ella no es modelo, estos tres factores estaban, de algún modo afectándola a ella. 

Ahora de mi lado. Se los he dicho varias veces, no importa si tienes 30 años haciendo fotos, no siempre fluye todo, muchas veces no sale esa creatividad y esa chispa de vida que encienda tus fotos y que haga que encanten y transmitan. El inicio de la sesión con Pau no encontrábamos esa magia, esa chispa y ese encanto, de alguna manera no lográbamos transmitir, ni empatizar. Ya media sesión se no había ido pero no encontramos eso que necesitan las fotografías para robar el aliento, y por un instante pensamos que así se nos iba a ir la sesión. 

Entonces nos tomamos un respiro, platicamos un rato, conocimos algunos detalles de nosotros, tomamos algo y nos reímos un poco. Y después de un rato nos propusimos a dar lo mejor de nosotros, soltarnos y liberarnos. Las fotos son para ti, Le dije. ¿cómo quieres verte? ¿Cómo quieres sentirte? ¿Cómo quieres recordarte?

Le prometí que me iba a esforzar y generar ideas para lograr la sesión con la que ella sueña. Y de repente llego esa chispa, conectamos de una manera orgánica y bonita, ella acepto mis propuestas sin dudar y cuando vio el resultado logramos esa emoción que necesitábamos. Estábamos ya en otro plano al momento de crear. 

 La comunicación y la charla nos permitió pasar a otro plano. Por eso la confianza y el respeto son fundamentales en la fotografía y sobre todo en el boudoir. No dejábamos de proponer cosas y de hacer fotos que el tiempo se nos fue volando. La verdad amé el resultado de la sesión a pesar de que el inicio no era lo esperado.

La conexión es importante, ¿Qué queremos y hasta dónde queremos llegar? Y Pau confió en mi y me dio la oportunidad de lograr esta serie. Muchas gracias por eso. 

Hasta el blog del día de hoy. Gracias por mirar, leer y compartir. Nos vemos la próxima.