Creo en el milagro de luz, la que le da vida y sentido a la fotografía para poder existir, esa misma luz es la que esta dentro de cada uno de nosotros y nos identifica y le da rumbo a nuestras acciones. Sin duda Iker es un vivo ejemplo de que la luz también se hereda, estos ojos maravillosos son herencia de su Mamá que se enamora con cada acción que realiza él y que le encanta ver como descubre el mundo todos los días.
Gracias a la familia de Iker que me permitieron entrar en su hogar y ver como el milagro de la luz y del amor con que cuidan, cobijan y aman a este pequeño se siente en el aire, gracias por permitirme captar estos momentos y dejarlos por siempre en el tiempo. Gracias por la platica de luz y fotografía que me han regalado que sin duda enriquecen mi trabajo.
Les agradezco mucho la confianza y que está luz los cuide por siempre.