Decidir para crear, el color de la luz

Saludos amigos:

Ahora les quiero compartir algo de lo que realizamos en mis cursos. Específicamente en el curso de Color Light que imparto para socios de Canon Zoom In, quienes durante todo el año y en buena parte del país llevan capacitaciones gratuitas a sus socios, además de otra serie de actividades que giran alrededor de la fotografía.

El taller de color light está dividido en tres partes, cada una con una práctica para entender el concepto planteado. La primera parte es una breve introducción a la iluminación, características, conceptos y reconocer fundamentos de la exposición aplicados a la luz artificial. Una parte primordial de ésta introducción es saber que tanto entendemos cómo funciona el exposímetro de la cámara, ya que es el punto de partida para hacer fotografías y tomar desiciones sobre la luz ambiente. Muchos se llevan una gran sorpresa al saber y conocer un poco más su cámara, es la clave de ésta introducción.

La segunda parte es ver las posibilidades que ofrece un pequeño flash speedlite de Canon, cuando lo ponemos a competir con la luz ambiente. Siempre es la eterna polémica de que es mejor: ¿Luz natural o luz artificial?   La verdad es que cada una tiene su encanto, que para decir que una es mejor que otra debimos de explotar al máximo cada una de éstas alternativas, es difícil demeritar alguna de ellas cuando jamás hemos intentado dominarla. La idea es combinarlas en nuestra segunda parte del taller, cuando la luz ambiente no es suficiente vamos a recurrir a luz artificial de apoyo.

Lo que obtenemos es algo como esto:

Exposición a las sombras
Exposición a las luces
Luz ambiente con flash

Y por último, la tercera parte nos enfocamos a la esencia del taller: El color. Jugamos, en el mejor sentido de la palabra con el color de la luz para poder crear atmósferas, intensiones y algunas veces historias a partir de modificarla. El uso de geles de color es un recurso fundamental dentro del taller. Pero, hay un ejercicio que me gusta bastante para lograr un cambio radical en la escena y transformarla en algo totalmente diferente, me gusta destacar y dar un ejemplo muy básico de lo que podemos hacer con la luz ambiente cuando podemos controlarla. Decidir y crear, para lograr algo diferente.

El ejercicio es muy simple. Primero logramos una fotografía correctamente bien expuesta, y se ve más o menos así.

 

 

Fotografía correctamente expuesta a partir de la luz ambiente

Ahora un par de desiciones para modificar la luz ambiente. Subexponemos entre 1 o 2 pasos de luz para lograr un ambiente más oscuro, recuerden que esto lo podemos lograr porque estamos en un interior. No estamos compitiendo con el sol.

Ahora un ajuste relacionado al color, modificamos el balance de blancos de la cámara. Depende del modelo bajamos los grados kelvin cerca de 2500 o colocamos la opción de tungsteno. Esto hará que mi fotografía se torne azul. El ambiente se va a parecer mucho a una escena de noche. Más o menos así…

Bruno, nuestro modelo, tendría que verse subexpuesto y con el rostro azul. Para lograr destacarlo tanto de luz como de color, echamos mano de un pequeño speedlite, para iluminar su rostro con un filtro naranja. Esto nos permite neutralizar el color de su piel para que se vea más natural, el filtro naranja nos permite «revertir» el efecto del balance de blancos equivocado intencionalmente.

Es un principio muy básico relacionado con la teoría del color, nos da pie a experimentar y jugar un poco. Pero, nos permite doblar y recrear a partir de transformar la luz ambiente. No nos limitamos a lo que vemos o tenemos; sino exploramos y creamos lo que deseamos y lo que nuestra imaginación nos permita. Muchas veces prefiero hacer la fotografía que quiero o tengo en mente, y no conformarme con la que la luz ambiente me permite.

Gracias por leerme y por compartir mi blog.

Hasta la próxima.