Ese primer impulso

¿Qué fue lo que te puso en el camino de la fotografía?

Cada vez parece más fácil adentrarse al mundo de la fotografía, con pocos recursos y a edades muy tempranas. Niños de 5 o 7 años saben tomar el celular de sus padres, abrir la app de cámara y generar un instante cuando algo los emociona, cuando algo les divierte, cuando están disfrutando el momento saben cómo generar una imagen. No importa el conocimiento, es más el sentimiento y la emoción lo que los mueve. No hay técnica que valga cuando el sentimiento rodea esas primeras imágenes que podemos construir de una manera tan simple. Lo curioso de ese acto es que descubres el significado puro, neto y esencial de la fotografía, en ese primer impulso de un niño que le toma fotos a su entorno, simplemente porque sabe que si lo capta, después puede recurrir a él en la galería del dispositivo.

Siempre hay un descubrimiento y un primer contacto con una cámara o un dispositivo. Esa primera sacudida llena de significado personal, llena de magia y emotividad es lo que nos ayuda a descubrir el mundo y el encanto de poder revivirlo en cualquier momento son de los elementos clave que enamoran de la fotografía. Cada uno de nosotros vive ese primer contacto con la fotografía de manera diferente y esa llama incendia la mente y te impulsa a generar más y más imágenes. Te va seduciendo cada rincón , cada amanecer, cada rostro y cada situación que vas encontrando. Es una de las razones por las que cuando comenzamos hacemos fotografías de todo y para nada está mal cuando estás descubriendo los alcances de la fotografía.

¿Quieres crecer cómo fotógrafo? antes que nada no dejes que ese fuego se apague. Eso es lo que vuelve a la fotografía algo tuyo, algo honesto, algo que viene desde lo profundo de ti. Si realmente te apasiona la fotografía aprende a construir tus propias imágenes, desde tu muy particular forma de ver e interpretar el mundo. No busques que tus fotos se parezcan a los de los demás, para ser un gran fotógrafo no tienes que buscar que tus fotos sean idénticas a los demás. Expresa emociones a través de tus fotografías, cuenta historias, capta momentos, muestra cosas que la mirada común no se permite, sorprende y sorpréndete haciendo de lo cotidiano algo extraordinario. Aprender a ver el mundo con el lente de tu cámara y mostrar lo que pocos ven, es el otro paso dentro de la fotografía que nace del alma.

Es más simple de lo que crees… no vemos el mundo igual que los demás. Lo puedes ver en pequeña escala con tus hermanos, que no les gustan las mismas cosas, con tus padres que no les gusta la misma música, con tus vecinos, que visten diferente a como viste tu familia. Si vemos en nuestro entorno cotidiano que todos somos diferentes, ¿por qué insistir en que las buenas fotografías se tienen que parecer entre fotógrafos?. Cada persona que se para frente a tu cámara es diferente, las personas no son adornos de un set, por el simple hecho de que sienten y expresan emociones, eso lo debemos de buscar y captar en una fotografía.

Sigue alimentando ese impulso y ese fuego, pero también aprende a nutrirlo. El conocimiento nos da más herramientas para construir mejores imágenes, aprende lo que quieras aprender y hazlo parte de tus fotografías. Practica, busca otras formas de crear, de emocionarte, de transformar lo que tienes enfrente. A veces cosas tan simples como cambiar el punto de vista o modificar la distancia focal le dan un giro a una escena o a un momento porque le mostramos a la gente otra forma de observar el mundo. Salir de la rutina visual yo le llamo, la gente siempre ve la misma forma, el fotógrafo, no. Él tiene la capacidad de darle la vuelta al universo, desde lo más pequeño a lo más grande y emocionar al espectador. Se trata de poco a poco salir del plano personal y encontrar (encontrar, no buscar) un plano más general o universal, cuando tus fotografías le gustan a más personas. Y las fotografías que le gustan a otras personas es porque tocamos fibras sensibles en ellos, tocamos fibras en común y logramos una identificación. Mucho de esto nace de esa llama que hablamos antes.

Lo emotivo es lo esencial, el conocimiento y la técnica nos permiten tomar y construir mejores fotografías, más sólidas. Piensa en un edificio que se cae con un viento poco fuerte, pero si tiene una base y una estructura sólida se mantiene, y si tiene un diseño innovador se va a destacar de otros edificios. ¿Quieres vivir de la fotografía? Primero haz un acto de honestidad, si te piden fotografía de producto, pero no sabes cómo hacerlo, cómo resolverlo pero aún así lo aceptas por ganar dinero, corres el riesgo de hacer un mal trabajo. Creo que le restas valor a la gente que te contrata, a la fotografía y a tu labor cómo artista o fotógrafo, y ese primer impulso se va desdibujando y apagando cuando no entendemos el valor de lo que hacemos.

Para despedirme… Ama y vive la fotografía, desde tu propia percepción del mundo. Y deja que llegue solito a contactar y emocionar a otras personas, pero sobre todo deja que el negocio llegue solo y de manera orgánica. No inicies en la fotografía porque es dinero fácil, porque cualquiera lo puede hacer y porque puedes simular lo que hacen otros. La fotografía honesta es la que trasciende en el tiempo.

Nos leemos en la próxima reflexión.

Gracias.

Fotografías para la entrada: Belem Alamo Fotografía.