Lo increíble del ser humano es cuando encuentra el verdadero significado de la belleza, cuando encuentra en el amor propio su mayor fuente de inspiración. Cada quien, a su forma y a su modo construye su propia percepción de la belleza, son esos pequeños pedazos de historia, nuestros seres queridos, nuestros viajes, los sueños, el amor, la familia; básicamente una mezcla de todos estos elementos y muchos más lo que le dan forma a lo que cada uno considera Belleza. Y la fotografía de retrato busca plasmar esa belleza y el amor propio de cada una de las personas, todos somos diferentes y cada uno tiene su propia esencia, la labor de la fotografía es poder tener esa esencia en una imagen, no siempre se logra o a veces cuesta más… pero hay días que un gran ser humano llega a tu estudio y te regala una sesión fotográfica inolvidable.
También es cierto que una de las sensaciones más difíciles del ser humano es ver la belleza de la que está hecho, la belleza personal, ese reconocernos y querernos frente al espejo. De alguna manera es más fácil ver de fuera hacia adentro, en más fácil reconocer belleza fuera de nosotros y nos cuesta un poco reconocer o aceptarla de manera personal. Parte de la magia de la fotografía Boudoir es eso: encontrar o reencontrar la belleza de cada mujer. Frente a una cámara o no, tendríamos que ser más justos con nosotros mismos
Nadia, es una mujer extraordinaria que conocí hace unos meses, cuando hicimos su sesión Boudoir. Ella es un gran ejemplo de que el amor y el respeto hacia uno, nace dentro de nosotros mismos. La primer comunicación que tuve con ella fue mediante WhatsApp, no nos conocíamos en persona, alguien le recomendó mi trabajo, se comunicó conmigo, pactamos la fecha y nada más. Así de breve y sin ningún proceso previo días después estaba en mi estudio.
A los 5 minutos de conocerla supe que era una mujer con una seguridad impresionante, creanme que la seguridad es uno de los rasgos más hermosos de la belleza, la seguridad es belleza y de eso está llena la sesión de Nadia. Ella tenia muy claro lo quería de la sesión, hoy quiero ser el ángel y el demonio, hoy la sesión es para mi, no es para nadie más por eso voy a hacer lo que quiero ser. Y es una de las partes bonitas, si bien no era su primer sesión de Boudoir, en esta ocasión la sesión era un regalo para ella misma, para este momento de su vida, eso la hizo más significativa, más entregada, más personal, no era quedar bien con nadie, se trataba de plasmar toda su fortaleza en una sesión de fotos.
Nadia construyó su sesión con risas, con anécdotas, con energía, con una gran fuerza, pero sobre todo la lleno de confianza, no solamente para ella, confió en mi y generamos una linea de respeto y buena química super importantes para las sesiones de boudoir. Romper el hielo, conectar y darle forma en fotografías a nuestras ideas no es fácil, pero lo logramos y aquí está el resultado.
Gracias Nadia por la confianza, por la gran persona que eres.
No se les olvide… El amor propio es el camino a la belleza.
Gracias por mirar y compartir.