Sábado en la mañana, Ángela visita a su abuela después de una fallida visita a misa; buena forma de iniciar el día: risas, abrazos y besos.
Una visita breve, pero suficiente para alegrarse, ambas ejercitando sus piernas una por sus 74 años y un gran camino recorrido y la otra de escaso un año dando sus primeros pasos. Gateando, caminando, brincando, compartiendo un instante.
Solo 15 min bastaron para hacerse de una historia, de un momento, de un recuerdo. Ahi la simpleza y la grandeza de disfrutar los instantes sin planes, sin prisas; sólo el amor, la honestidad, el sentimiento, el corazón. Así la vida, así la familia, así la fotografía.