Bienvenidos al blog.
Hoy les traigo una entrada muy especial, no solamente por ser una boda y amo hacer bodas. No solamente porque fue una boda intima y llena de amor, de muchas risas y una gran vibra que nos alcanzo a cobijar para hacer nuestro trabajo más fácil. Es oficialmente la primer boda después de más de año y medio sin poder hacer una cobertura por la pandemia.
Y si la pandemia nos dejo grandes lecciones de paciencia, resistencia, perseverancia y vida. También me dio la oportunidad de conocer gente nueva, entusiasta y con un gran corazón. Vanesa es una de esas grandes personas que me dejo la pandemia, en una primera etapa de manera virtual, ya que comencé a darle clases de fotografía. Ella, siempre dedicada, comprometida, creativa y con una chispa que poco a poco se convierte en un fuego enorme por aprender y hacer fotografías.
Ya con el tiempo tuve la oportunidad de coincidir con ella en una clase presencial, de tratarla un poco más. Hasta el gran momento que disidió confiar en mi para poder hacer las fotografías de su boda. Y aquí tienen parte del resultado que logramos ese día.
Únicamente puedo estar agradecido con la oportunidad, la confianza y los buenos momentos que he tenido la oportunidad de compartir con ella. No tengo más que decir cuando en muchas de las fotografías se ve el amor, la pasión, el cariño, las risas, los nervios, el vínculo, la magia y la paz que sienten Vanesa y Jericó. Son las bodas que me gustan y que agradezco.
Les deseo una vida llena de lo mejor del mundo.
Gracias por leer, mirar y compartir mi blog.
¿Qué les parece la sesión de la boda?