Música llena de historias.

Me encanta conocer y coincidir con mujeres talentosas, llenas de vida y de buena energía, con una dosis inagotable de humor. Que derrochan pasión por lo que hacen y que se entregan en cada actividad relacionada con su trabajo, con el arte de crear, con el oficio de vivir y de tocar el alma de las personas cuando crean desde el corazón.

Itziar Fadrique, es un gran ejemplo de todo esto.  Una mujer increíblemente talentosa desde la mirada hasta las yemas de los dedos, sin dejar de lado su boca.

Su mirada porque desde hace algunos años estudia y práctica la fotografía, deja llevar sus emociones a través de la lente. Las yemas de sus dedos porque toca el piano de una manera que eleva sus emociones, y además es una gran maestra de piano. Y su boca, porque si han tenido la oportunidad de escuchar alguno de sus recitales, están llenos de historias, de anécdotas, de momentos históricos, de datos culturales, tiene una gran habilidad de contar y narrar historias entre canción y canción.

La música se convierte en ese hilo conductor que va ligando sus historias, con unas pinceladas de humor, con una gran sonrisa y siempre agradecida con la música, con sus alumnos, con la gente que la acompaña en sus recitales. Todo esto convierte en una gran experiencia escucharla tocar el piano, por un par de horas te permite desconectarte del mundo y volver a el con una fuerte carga de vida y esperanza.

La serie del día de hoy son de un par de recitales que pude cubrir de Itziar el año pasado. Dentro del marco de los Martes de Opera que se organizaban en ese momento en la CDMX. Los recintos fueron el Museo José Luis cuevas y el Museo Diego Rivera. Afortunadamente no es la primera vez que me permite cubrir uno de sus recitales, que les había compartido uno antes en el blog (Aquí lo pueden ver).

Pues ahí estuvimos June y yo, ¿Si recuerdan que una de mis cámaras se llama June? Y esto es algo de lo que pudimos captar ese día. Siempre agradecido con Itziar, por darme la oportunidad de registrar sus recitales y de permitirme escuchar y sentir su enorme talento.

Gracias por mirar y compartir.